12.03.2009

Perú V
















Martes 01-DIC-2009





El viaje venía de puro placer. Lugares hermosos, comodidad en el hotel, rica comida y mucha charla con los lugareños. Hasta que llegó éste día.
El primer objetivo era visitar las ruinas de Pisac, ubicadas a unos 45km de Cuzco. Cogimos un bus y nos fuimos hacia allí. Al llegar, el pueblo lucía imponente rodeado de altisimas montañas y mucho verde. Teniendo en cuenta que estabamos ubicados sobre el valle, debíamos tomar un coche que nos alcanzara a las ruinas, que se encontraban en lo alto de la montaña.
Allí fuimos con un auto entonces. La vista del lugar era inconmensurable, de una belleza que quitaba el aliento. Las ruinas reposaban sobre la ladera de la montaña. Para llegar allí, había recorrer a pie un angosto sendero por lo alto, coquetando con el filo del abismo en varios sectores.
Nos largamos a caminar hasta que me di cuenta que entraba en vertigo total con la altura. Las manos me sudaban y las piernas comenzaban a perder equilibrio. Fue donde dije, ésto no lo hago ni en pedo, pego la vuelta. Por lo que a los pocos metros de caminata, retorné mansamente para seguir observando la postal de las ruinas. Sabri decidió hacer el camino y allí fue. A las dos horas regresó en medio de la lluvia y me contó que el camino era bravo en algunos lugares, y que por suerte dió con un guia y un grupo de gente que la ayudaron a regresar, en el mismo momento que estaba entrando en vertigo total a la altura.
Luego del trance, ibamos por un nuevo objetivo: Ollantaytambo. Para muchos, de lo mas lindo y a la par de Machu Picchu. Para mí, una prueba de fuego para ver si lo que me había pasado en Pisac, tambien se repetía en Olla. Pero previo a ésto, paramos en un pueblo a mitad de camino (Urubamba) para comer en un restaurante que nos había recomendado una chica en Lima. Nos dijo: "Si quieren conocer el mejor lugar de aquí, no dejen de ir a comer a El Huacatay". El dueño del lugar era amigo de ella y se llamaba Pío.
Urubamba es un pueblito muy modesto, donde la belleza la da el paisaje. Las construcciones y la vida se ve austera. Pero en medio de ésto, dimos con "El Huacatay". Un paredon naranja con un gran porton negro y un cartel mínimo que indicaba que éste era el lugar que estabamos buscando. Al entrar, grande fue la sorpresa. De repente estabamos en una casa que parecía de los mejores restaurantes de Palermo, con varios empleados trabajando, la musica de The Cure, Tom Waits y Portishead, y el muchacho éste Pío (muy parecido al cantante colombiano Juanes) sentado en un sillon al aire libre, con su perro labrador negro, y su mujer, una rubia sonriente de aspecto alemán. El tipo nos recibio muy calidamente y cuando le contamos que veníamos especialmente porque queriamos conocer su lugar, redobló la apuesta y nos lanzó: "entonces habra que cocinar rico...". Nos invitó con un plato de Carpaccio majestuoso y luego nos pedimos un pollo con salsa de ajo que estaba de la hostia. La verdad que el tipo cocina muy bien, el lugar esta bárbaro y no dan ganas de irse nunca mas de alli. Un análisis ligero y de sana envidia diría que Pío no tienen ningún problema en la vida y es un derroche de éxito. Los que puedan algún día, no dejen de visitar el lugar: http://www.elhuacatay.com/
Con la panza llena, salímos a Ollantaytambo. Las ruinas tambien se encontraban sobre la montaña, pero ahora, con varias escalinatas que permitían ir de un lado para el otro. Subi algunos escalones, pero a media altura pegue la vuelta porque me ganaba el vertigo nuevamente. Me cagaba todo a esa altura! No podia manejarlo. Fue así como decidí quedarme abajo y no hacerlo. Sabri subio sola y saco varias fotos. En éstos momentos, ya comenzaba a darme cuenta que lo de Machu Picchu era una quimera para mí. Al otro dia lo iba a comprobar. Era un desafío enorme.

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